Conocer los tipos de extintores que existen en la actualidad nos permite poder elaborar buenos sistemas de protección contra incendios. En nuestro país existen un conjunto de normas que establecen protocolos y medidas a cumplir con la intención de disminuir la siniestralidad y garantizar la calidad de los procedimientos que se lleven a cabo, tanto en edificios de uso residencial como de fines industriales.

Dichos instrumentos jurídicos se encuentran en conformidad con previsiones internacionales, tales como las establecidas por la Organización Internacional de Estandarización (ISO, por sus siglas en inglés), así como otras de carácter supranacional entre las que destacan las regulaciones europeas.
Normas relacionadas con la prevención y protección ante incendios

Todos los recursos antes identificados toman en consideración la importancia de prevenir los incendios y establecen los medios más adecuados para proceder en los casos en que estos surjan. En paralelo, recogen medidas que permiten resguardar la vida y seguridad de los ocupantes de los inmuebles que resulten afectados, así como la integridad estructural de sus instalaciones.

De igual modo, existen reglas específicas relacionadas con los requisitos y las condiciones que deben cumplir los equipos para hacer frente a la presencia de fuego de grandes proporciones.

En el caso de España contamos con el “Reglamento de instalaciones de protección contra incendios”, contenido en el Real Decreto 513/2017, del 22 de mayo de 2017. En él se hace referencia a la obligatoriedad de contar con un insumo de seguridad, imprescindible en cualquier tipo de edificio. Este insumo es también conocido como extintor.

¿Qué son los extintores?

El referido reglamento define a los extintores como equipos que contienen sustancias que permiten mitigar incendios y que son propulsadas por presión interna. Estos dispositivos tienden a contar con cuerpos metálicos de formas cilíndricas, válvulas que permiten regular el nivel de presión, así como mangueras que permiten dirigir el chorro liberado, a la base del fuego. También es común que dispongan de implementos que prevengan su activación accidental.

La propulsión de las sustancias extintoras puede ser producida por varios tipos de gases comprimidos, entre los que comúnmente encontramos el dióxido de carbono, nitrógeno, e incluso, aire. Algunos de estos tipos de implementos de seguridad industrial, cuentan con gases incorporados en sus propios cuerpos que les permiten liberar los químicos que disminuyen la magnitud del fuego. También hay otros lograrán el mismo resultado a través de gases propulsores contenidos en otros recipientes. Una tercera clase de presión puede ser provocada por acción mecánica.

Un aspecto muy importante relacionado con estos equipos es que cuentan con una larga vida útil que puede llegar a extenderse hasta los 20 años, si se garantizan las condiciones adecuadas de mantenimiento y resguardo. Lo anterior se garantiza a través de la robustez de sus cuerpos que son elaborados en chapas de hierro de 1,59 mm de grosor.
¿Cómo reconocer los extintores?

Los extintores son fácilmente identificables pues suelen ubicarse en lugares específicos de los edificios, de fácil acceso y señalizados para orientar a los usuarios. La parte superior de los mismos se encuentran a una altura máxima de 1,20 metros con respecto al suelo, además de contar con cuerpos de color rojo, algo que viene exigido por parte de las normas que regulan la materia.

¿Qué capacidad tienen los extintores?

Los equipos más conocidos y comunes pueden llegar a tener una masa máxima de 20 kg. En algunos casos pueden ser significativamente menores, por lo que pueden ser recogidos y movilizados a donde se necesite por una sola persona, sin necesidad de ayuda. Esta variedad ha recibido el nombre de extintores portátiles.

No obstante, también existen alternativas que cuentan con masas mayores a los 20 kg, algunos pueden llegar a exceder con mucha frecuencia los 100 kg. Este tipo de extintor tiende a contar con ruedas incorporadas y pueden ser movilizadas por dos o más personas, según se requiera. Estos se conocen como extintores móviles y suelen estar presentes principalmente en el ámbito de las instalaciones de tipo industrial.

Estos dispositivos suelen estar en la primera línea de acción ante incendios de intensidad leve a moderada, pudiendo resultar insuficientes para aplacar fuegos que se han extendido en áreas muy amplias. La principal limitación de los extintores radica en la cantidad de sustancia que pueden contener. En este sentido, se ha estimado que el tiempo máximo de descarga continua en los dispositivos de menores dimensiones pueden ubicarse en torno a los 18 y 20 segundos.

Tipos de fuego

Antes de hacer referencia a los tipos de extintores en función de las sustancias que contienen, resulta oportuno indicar que cada formulación está diseñada para sofocar uno o más tipos de fuego, que se diferencian entre sí en función del combustible que propició su origen.

En este sentido tenemos 4 tipos de fuego: clase A, B, C y D.

El fuego clase A: es producido por elementos sólidos, siendo los más comunes la madera, el plástico, la tela y el papel.

El fuego clase B: está relacionado con líquidos como hidrocarburos y sus derivados, alcohol, éter y pinturas.

El fuego clase C: derivado del funcionamiento de cualquier tipo de equipo eléctrico.

El fuego clase D: proveniente de la combustión de metales como el titanio, cobre, aluminio, entre otros.

Tipos de extintores según agentes químicos

Una vez aclarado lo anterior, aquí te presentamos los tipos de extintores según las características de sus contenidos y cuál es la mejor opción para cada clase de fuego:

Extintores hídricos o basados en agua

Esta variedad emplea agua pulverizada o espuma compuesta en gran cantidad de dicho líquido. Este tipo permite hidratar y enfriar las superficies que han alimentado el fuego, haciendo que este disminuya su intensidad y desaparezca.

Estos tipos de sustancias no resultan tóxicas o contaminantes. Pueden emplearse con seguridad para apagar fuegos tipo A y B, pero se contraindica su uso para esos casos en los que existen fuegos clase C y D, ya que pueden generar cortocircuitos y transmitir la corriente eléctrica al usuario.

Extintores de polvo

Es el tipo de extintor más común, ya que resultan muy versátiles al permitir extinguir fuegos tipo A, B y C. De hecho, resultan particularmente eficaces para los incendios relacionados con sustancias líquidas pues crean una película densa en los cúmulos de estas, impidiendo que se nutran de oxígeno. También se suelen emplear en los casos en los que se involucran artefactos eléctricos, debido a que su composición química seca no transmite la electricidad, anulando las posibilidades de electrocución.

Dentro de esta categoría encontramos una variedad especial, el tipo D, que ha demostrado ser muy útil para hacer frente al fuego producido por metales, pero no se recomienda su utilización para las demás clases de fuego.

Extintores de dióxido de carbono (CO2)

Es una de las opciones más limpias para extinguir el fuego, ya que no deja residuos tras su utilización. Este tipo de implemento forma una nube en la que coexiste el dióxido de carbono con pequeñas partículas de hielo, los cuales permiten en conjunto enfriar los combustibles. Son seguros y eficientes en caso de existir equipos eléctricos energizados. Suele recomendarse su uso en fuegos tipo A, B y C.

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